lunes, 17 de noviembre de 2014

¡Larga vida al Padre Soler!

El pasado viernes se estrenó en la Cineteca del Matadero de Madrid el documental "Una rosa para Soler", el primer documental que rescata y reivindica la figura y el legado del compositor y organista Antonio Soler, que vivió en el siglo XVIII.

Con un ingente catálogo de obras, muchas de las cuáles se han perdido, según el musicólogo Andrés Ruiz Tarazona, Soler fue uno de los grandes hombres ilustrados de su época. Formado inicialmente, cuando era un niño, en la Escolanía de Montserrat, se trasladó después al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial para ocupar el puesto de primer organista. Allí siguió aprendiendo junto a dos grandes compositores de la época, como José de Nebra y Domenico Scarlatti, al mismo tiempo que daba clases de música al hijo de Carlos III, el Infante Don Gabriel.

Soler combinó en su producción tanto obra litúrgica con otra más prosaica y ligera -algo que le trajo algún que otro disgusto-, música demandada entonces por la Corte, que pasaba varios meses al año en El Escorial. 

Sus comienzos, su pasión por la música y su frustración (quisó cambiar de monasterio y no se lo permitieron) quedan reflejados de manera didáctica, amena y con un espléndido montaje en este documental -donde se intercalan interpretaciones musicales- que ha nacido del esfuerzo altruista de un grupo de intérpretes capitaneados por  el alma mater del proyecto, Rosa Torres-Pardo. La pianista lleva varios años inmersa en la obra del compositor catalán, a través de sus quintetos (con el Cuarteto Bretón) y de sus sonatas, trasladadas a la danza por José Carlos Martínez y Lucía Lacarra, entre otros.

Dirigido por Arantxa Aguirre, con fotografia de José Luis López Linares y producido por Angela Torres,  "Una rosa para Soler" ha comenzado un recorrido (se estrenó en Tokio, después pasó por Barcelona y estos días  -17,18, 19 de noviembre- se puede ver en el Matadero) que promete ser largo y muy gratificante.

Su presentación en Madrid, el pasado viernes, donde el aforo de la sala resultó insuficiente, fue todo un éxito. Tras la proyección, hubo un coloquio que demostró la curiosidad del público por la figura del Padre Soler, del que no existe a estas alturas una biografía oficial que reúna toda la información sobre su vida y su obra.

En el documental intentan arrojar algo de luz, musicólogos como Andrés Ruiz Tarazona, José Sierra o el compositor Alfredo Aracil, responsable de orquestar algunas de sus obras.

El trabajo, que se ha rodado en escenarios naturales, como algunos de los espacios del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, ha contado con el apoyo económico de la Fundación Loewe. Se echa de menos, sin embargo, la participación de Ministerio de Cultura y de TVE cuando se trata de recuperar y difundir nuestro Patrimonio. La buena noticia es que el documental ya cuenta con distribuidora internacional, lo que da aliento a un proyecto que a pesar de las dificultades a visto la luz.

Entre las próximas paradas del documental, además de los tres días  en la Cineteca (hoy contará la proyección con la presencia de la cantaora Rocío Márquez, que tiene una intervención antológica), está la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde se podrá ver el próximo 12 de diciembre.




martes, 11 de noviembre de 2014

Delirio por los "bises" en la ópera: de Camarena a Corelli

El fin de semana ha sido extenuante para el tenor mexicano Javier Camarena. Nada más y nada menos que dos "bises" ha tenido que hacer en el Teatro Real del aria "Ah! mes amis" de "La hija del regimiento" de Donizetti. En total 36 Do de pecho, en dos días.

Dicen quienes estuvieron en el coliseo madrileño la noche del viernes, que al público le costó arrancar, pero  que con la pequeña ayuda de una musicóloga, Sara Villalba, que repartió octavillas entre el público pidiendo el "bis", la velada tuvo final histórico (antes solo lo había realizado Leo Nucci).

Y no paró ahí el frenesí por las acrobacias vocales y los "bises". El lunes, el público que acudió a la última función, quiso también su pequeña porción de historia, y de nuevo se pudo escuchar a Camarena, que llegaba a Madrid avalado por su triunfo en el Met, repetir la hazaña. El tenor mexicano no se lo podía creer y la emoción le venció, derramando lágrimas sobre el escenario. Dos goleadas, en términos futbolísticos, en dos funciones. Lo nunca visto en el Teatro Real.



Sin embargo, este fervor por las notas altas y las peticiones del público no es algo nuevo, y las de ahora poco tienen que ver con aquellos "bises" míticos que rayaban en la locura, y que incluso hacían temblar... de miedo.Nos referimos al histórico que tuvo que ofrecer Franco Corelli en el Teatro Regio de Parma en 1967. 

El tenor italiano interpretaba el aria "E lucevan le stelle" de "Tosca", cuando el teatro casi se vino abajo y el público no cesaba de bramar pidiéndole que la repitiera. Corelli, sin embargo, mantuvo la calma y no lo hizo en ese momento, sino que la dilató hasta el final de la representación. Tras escuchar la grabación, muchos entenderá que fue todo un signo de valentía o ¿de inconsciencia?



lunes, 10 de noviembre de 2014

The game is (not) over

El Auditorio Nacional de Madrid acogió ayer la presentación en España de Video Game Live, una propuesta que lleva ya varios años recorriendo el mundo entero. Se trata de una combinación de música, imágenes, luces y... mucho espectáculo, que tiene como eje central los videojuegos.

Un espectáculo que funciona muy bien, como se pudo comprobar ayer. Liderado por Tommy Tallarico, compositor de bandas sonoras para videojuegos y creador de esta propuesta, ha conseguido llenar espacios –algunos de ellos consagrados a la música clásica– con un público muy joven, punto que quiso aclarar: «Los videojuegos no son una cosa de niños pequeños como piensan mucha gente». Confirmando así lo que era evidente: que el núcleo duro de esta industria tiene un público entre los 15 y los 30 años.

La responsable de traer Video Game Live a nuestra país por primera vez ha sido la Orquesta y Coro Nacionales de España, y su director técnico, Félix Alcaraz, que lo ha programado dentro de la temporada que lleva por nombre «Revoluciones». Un término que abarca muchos conceptos pero que en el caso de ayer era claro: apostar por iniciativas poco convencionales -al menos aquí en España-, que atraigan a un público nuevo, porque de él depende la supervivencia de las salas de conciertos.





Con las entradas agotadas desde hace semanas, el paisaje humano que se pudo ver en el Auditorio Nacional era muy diferente al habitual. El silencio litúrgico y protocolario al que estamos acostumbrados dejó paso a la espontaneidad de los aplausos, risas y ovaciones, que el propio Tallarico alentó. «Hacedlo cuando lo sintáis», arengó al público.

Instrumentos clásicos, sintetizadores, guitarras eléctricas, tres pantallas gigantes en las que se proyectaron fragmentos de videojuegos e imágenes de la propia orquesta, cañones de luz... Todo ello «profanó», dirían algunos, durante algo más de una hora el santa santorum de la música clásica, donde unos días antes había actuado –y deleitado– la Sinfónica de Londres, bajo la batuta de Bernard Haitink. Esto demuestra que ambas ofertas pueden convivir, y que uno no excluye al otro. Y también que es preciso no olvidarse de que hay otro público, el del siglo XXI, que maneja otros lenguajes diferentes.

Lejos de profanar, en mi opinión, lo sucedido ayer resultó refrescante. Ver cómo se rompía ese muro invisible que divide a los públicos culto y popular fue alentador. Y resultó fascinante observar el silencio de estos jóvenes al escuchar la música, y su explosión de júbilo al concluir.

Pero además del ambiente de fiesta que se vivió, este espectáculo también tuvo su parte didáctica, sin parecerlo. Tallarico, que participó con la guitarra eléctrica en algunas de las interpretaciones, acompañando a la Orquesta y Coro Nacionales, dirigidos por Emmanuel Fratinni, hizo también de maestro de ceremonias: lanzando mensajes sobre el peso de los videojuegos en la cultura del siglo XXI, y la presencia que en ellos tiene la música sinfónica. Descubriéndoles de dónde procedían esos sonidos que arropan sus fantasías y animándoles a volver para repetir la experiencia de escuchar a los músicos de la ONE (aplaudidos ayer como si fueran los Rolling Stones).






No sé cuántos de estos jóvenes regresarán al Auditorio Nacional, pero tal vez la curiosidad –divino tesoro que muchas veces se pierde con la edad– arrastre a algunos de ellos. Esto demostrará que hay futuro para la música clásica, las salas de conciertos y que the game is (not) over.

lunes, 3 de noviembre de 2014

El Carnegie Hall inicia las retransmisiones online con Joyce DiDonato

El Carnegie Hall de Nueva York se suma a las salas que retransmiten sus conciertos en directo por streaming. La encargada de abrir una serie de cuatro conciertos, que se podrán ver online gracias a la colaboración del canal Medici.tv, es Joyce DiDonato 

La mezzosoprano norteamericana, acompañada por el pianista David Zobel, ofrecerá este martes (a las 8 pm de EEUU, dos de la madrugada en España), un viaje a través de Venecia, desde el Barroco hasta el siglo XX.

Intérprete versátil que ha destacado a la hora de abordar la obra de Rossini, Haendel o Mozart, DiDonato interpretará en el programa extractos de óperas poco conocidas, como Ercole su'l Termodonte, de Vivaldi, compuesta en Roma y que en su momento fue interpretada por castrati pues las mujeres tenían prohibido cantar. También abordará páginas de La regata veneziana, de Rossini, así como cinco de las arias pertenecientes al ciclo Venezia, compuesto por Reynaldo Hahn en 1901, sobre textos escritos en dialecto veneciano.

Completan esta serie de conciertos online otras tres citas de gran relieve, que estarán protagonizados por la violinista Anne-Sophie Mutter, que estará acompañada por los Mutter Virtuosi (18 de noviembre), el violinista Leonidas Kavakos y la pianista Yuja Wang (22 de noviembre), y el joven fenómeno Daniil Trifonov (9 de diciembre).