domingo, 14 de diciembre de 2014

Las cuatro claves de Barenboim para escuchar música

El director de orquesta y pianista, Daniel Barenboim, ha colgado hace unos días un vídeo sugiriendo cómo esuchar música. Lo ha hecho dentro de la web Peral Music, su sello dicográfico digital, creado con una filosofía muy clara, invitar "a las mentes curiosas a experimentar la música con un enfoque y una perspectiva nueva. Aprovechando las posibilidades que ofrece el mundo digital, Peral Music ofrece al público de todo el mundo "una forma alternativa de escuchar y de resistir ante la cultura de la indiferencia, promoviendo una escucha inteligente".

Con esta declaración de intenciones, Barenboim resume en un vídeo cuáles son los puntos claves para poder disfrutar del acto de escuchar música. Si bien no descarta que haya gente que se ponga un cedé para olvidar los problemas cotidianos, el músico argentino reivindica un escucha que vas más allá, que nos lleve a un fin  mayor, "el disfrute, aunque estemos escuchando una Marcha Fúnebre".

Para ello, es esencial que se cumplan cuatro premisas:

1-Concentración, para lo que es importante apagar el móvil, (ese molesto instrumento que tantas veces interfiere y rompe el climax de la escucha. Esto lo añado yo).

2- Antes de proceder a la escucha, y como contribución a esa concentración, el pianista sugiere tener un poco de silencio antes de comenzar  (también resulta precioso unos segundos de silencio una vez concluida la escucha, algo que en una sala de conciertos es incontrolable, y bastante infrecuente, ante el impaciente deseo del público de aplaudir a veces. Pero cuando se consigue el momento puede resultar sublime).

3- Barenboim revela también la clave para no perder la concentración: "debemos aferrarnos a la primera nota para no distraernos con cosas cotidianas y volaremos con la música hasta la última nota".

4- Y añade un último requisito: "disfrutaremos de la música siempre y cuando nos demos completamente a ella". Nos es preciso ser un experto en música, barroca, del siglo XIX o contemporánea, para poder a acceder a este disfrute, matiza. "Lo único que hay que hacer, créanme, lo único que necesitamos, es completa y total concentración que no es más que entregarnos. Cuánto más damos, más recibimos". 





viernes, 12 de diciembre de 2014

El alma musical de Thomas Mann

«La música siempre ha ejercido un influjo notable sobre el estilo de mi obra. [...] Desde siempre, la novela ha sido para mí una sinfonía, una obra de contrapunto, un entramado de temas en el que las ideas desempeñan el papel de motivos musicales». Esta frase pertenece al escritor y premio Nobel de Literatura, Thomas Mann, que entregó su vida al arte de la escritura, pero en el que siempre estuvo muy presente su otra gran pasión: la música.

La Fundación Juan March, dentro de su apartado «El universo musical de...», dedicado a desvelar los vínculos musicales de grandes artistas e intelectuales, como Alejo Carpentier o Paul Klee, se ocupa a partir de la próxima semana del universo musical de uno de los nombres más importantes de la literatura contemporánea. «Nos centramos en figuras de la pintura, de la literatura, de la creación en general que no eran compositores profesionales», explica Miguel Ángel Marín, responsable de la programación musical en la fundación.

La elección de Thomas Mann, autor de clásicos, como «La montaña mágica» o «Los Buddenbrook», se debe también a las sinergías entre las instituciones madrileñas. En este caso con el Teatro Real, donde está previsto que se estrene el próximo 4 de diciembre una nueva producción de la adaptación operistica de su obra «Muerte en Venecia». «Intentamos organizar un formato de conciertos que sirvan de contrapunto a la programación del Real. El año pasado ya lo hicimos con motivo de “Los cuentos de Hoffmann”, con un ciclo sobre el Hoffmann compositor y el Hoffmann el crítico. Y este año nos parecía oportuno con la ópera de Britten».

Aunque muchos vinculen la obra literaria de Mann rápidamente con Gustav Mahler, en particular con su Adagietto de la «Quinta sinfonía», que tomó prestado Luchino Visconti en 1971 para su traducción a la gran pantalla de «Muerte en Venecia», música que se ha convertido en un icono, muchos fueron los intérpretes y compositores con los que Mann mantuvo una estrecha relación a lo largo de su vida, bien en Alemania, Suiza o Estados Unidos. Es el caso de Stravinsky, Schoenberg, Hindemith, Bartók, Korngold o Krenek. Algo más tensas fueron las que el escritor, casado con Katia Pringsheim, hija de una importante familia de intelectuales y artistas de origen judío, mantuvo con Richard Strauss, por la ambigua postura de este hacia el nazismo, o el director de orquesta Wilhelm Furtwängler, acusado de colaboracionista.

«La dimensión musical en la obra de Mann es potentísima -afirma Marín-, algo que el propio escritor explicó. La concepción de algunas de su novelas responde a una sonata o a una sinfonía. No solo era un gran aficionado, y la música aparecía de forma explícita como parte de los personajes, de la historia o como tema musical fundamental como sucede en “Doktor Faustus”, sino que además la forma de concebir la narración se parecía mucho a algunas formas musicales».

 Así, en «Doktor Faustus» se puede apreciar una fuga con sus dos temas, su divertimento y su remate; «La montaña mágica» y «Tonio Kröger» presentan una estructura sinfónica, mientras que «Muerte en Venecia» se entendería como una rapsodia, y «Alteza Real» como una opereta vienesa -nos ilustra en las notas al programa el escritor Blas Matamoro-. Mientras que en su serie novelesca «José y sus hermanos» el escritor parece seguir el formato de una tetralogía como la de Wagner, compositor hacia el que Mann profesó su mayor admiración -le llamaba su «dios nórdico»-, y que se inició cuando vió, con solo 14 años, «Lohengrin». Prueba de ella es también su novela «Tristán», título en clara referencia a la ópera wagneriana, «que Mann se conocía prácticamente de memoria», indica Marín.

No se puede decir a ciencia cierta que la música fuera una vocación frustrada para Mann, pero sí que alimentó su vida y su obra con intensidad, hasta el punto que se definió como «a medias músico», y calificó su escritura como «un musicar literario». Esta pasión se extendió también a sus descendientes. Padre de seis hijos, todos ellos tuvieron relación con la música, bien a través de la interpretación, la composición o la escritura.

«El universo musical de Thomas Mann» arrancará el miércoles y comprende tres conciertos. Tres citas «en las que no solo sonarán músicas íntimamente relacionadas con distintos aspectos del mundo creativo del escritor, sino que hemos dado un paso más y hemos jugado con el formato convencional del concierto añadiendo lecturas dramatizadas (con la participación de los actoresJosé Luis Gómez, José María Pou y Tristán Ulloa) de pasajes de distintos escritos de Mann, que ponemos en diálogo con las obras que van a sonar luego». Completan este retrato del escritor dos conferencias impartidas por la traductora y ensayista Rosa Sala Rose.

                        

martes, 9 de diciembre de 2014

Pintando a Chaikovski

¿De qué color es la música de Chaikovski? Para algunos puede resultar verde, para otros roja... Esta es una de las actividades que forman parte de Pintasonic, el primer taller-guardería que realiza en España una orquesta. La propuesta, ideada por la Orquesta y Coro Nacionales de España, tiene como objetivo acercar la música clásica a los niños, relacionándola con distintas disciplinas artísticas –la pintura, la danza...–. Pero también mantenerles ocupados mientras sus padres, un piso más arriba, realizan su propia aproximación a este género a través de la iniciativa «Descubre....». 

Así, padres e hijos (entre 3 y 8 años) vivieron el pasado fin de semana una experiencia diferente en el Auditorio Nacional. Compartieron tiempo de ocio, pero en espacios y con actividades diferentes. El único nexo común fue la «Quinta sinfonía» de Chaikovski.

La experiencia es doble, pues los adultos, la gran mayoría de ellos no asistentes habituales a este tipo de espectáculos, no acuden a un concierto convencional sino a una propuesta cuyo objetivo es facilitarle, a través de una pequeña charla de unos 15 minutos, información sencilla para comprender cómo fue compuesta la partitura. Luis Ángel de Benito es el encargo de explicar, asistido por una gran pantalla, la estructura y los temas de una partitura que sonarán minutos después interpretada por los músicos de la ONE, bajo la batuta de Rafael Payare.

Mientras esto sucede en la sala grande, en el piso inferior casi ochenta niños, divididos en cuatro grupos (supervisados por cuatro educadores y dos músicos), escucharán también la música de Chaikovski pero en dosis más pequeñas. Javier, con la trompeta, y Virginia, con la viola –«la mamá del violín, que tiene un sonido más grave»–, interpretarán pequeños fragmentos mientras les explican las partes de cada instrumento. «¿Con qué se toca la viola?», pregunta Ana Hernández, coordinadora del taller. «Con el arco», contesta uno de los niños. «Que está hecho con crines de caballo», amplía Ana. También se puede tocar con los dedos. «Eso es el pizzicato», ataja una niña. ¡Qué nivel!
 
Para algunos esta es la segunda vez que acuden a este taller-guardería (que dura alrededor de una hora, y que está sincronizado con el concierto de sus padres), por lo que son veteranos. Varios son hijos de músicos, y por ello este universo no les resulta ajeno. No le sucede lo mismo a Carmen, madre de Jerónimo de tres años. «Yo he venido para introducir al niño en la música –explica– y retomarlo yo también, aunque no tengo muchos conocimientos. Me parece una iniciativa estupenda y hay un ambiente muy simpático. La duración además es perfecta». Jerónimo también ha disfrutado de la experiencia. «¿Te gustaría volver?», le preguntamos. «Sí», contesta sin dudarlo. Él podría formar parte del público del futuro.

La iniciativa ha tenido tanto éxito que la asistencia se ha triplicado en el segundo taller-guardería. Todavía quedan dos más, combinados con el programa «Descubre...», los días 22 de marzo (con la «Quinta» de Beethoven) y el 24 de mayo (el «Réquiem» de Mozart).


lunes, 17 de noviembre de 2014

¡Larga vida al Padre Soler!

El pasado viernes se estrenó en la Cineteca del Matadero de Madrid el documental "Una rosa para Soler", el primer documental que rescata y reivindica la figura y el legado del compositor y organista Antonio Soler, que vivió en el siglo XVIII.

Con un ingente catálogo de obras, muchas de las cuáles se han perdido, según el musicólogo Andrés Ruiz Tarazona, Soler fue uno de los grandes hombres ilustrados de su época. Formado inicialmente, cuando era un niño, en la Escolanía de Montserrat, se trasladó después al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial para ocupar el puesto de primer organista. Allí siguió aprendiendo junto a dos grandes compositores de la época, como José de Nebra y Domenico Scarlatti, al mismo tiempo que daba clases de música al hijo de Carlos III, el Infante Don Gabriel.

Soler combinó en su producción tanto obra litúrgica con otra más prosaica y ligera -algo que le trajo algún que otro disgusto-, música demandada entonces por la Corte, que pasaba varios meses al año en El Escorial. 

Sus comienzos, su pasión por la música y su frustración (quisó cambiar de monasterio y no se lo permitieron) quedan reflejados de manera didáctica, amena y con un espléndido montaje en este documental -donde se intercalan interpretaciones musicales- que ha nacido del esfuerzo altruista de un grupo de intérpretes capitaneados por  el alma mater del proyecto, Rosa Torres-Pardo. La pianista lleva varios años inmersa en la obra del compositor catalán, a través de sus quintetos (con el Cuarteto Bretón) y de sus sonatas, trasladadas a la danza por José Carlos Martínez y Lucía Lacarra, entre otros.

Dirigido por Arantxa Aguirre, con fotografia de José Luis López Linares y producido por Angela Torres,  "Una rosa para Soler" ha comenzado un recorrido (se estrenó en Tokio, después pasó por Barcelona y estos días  -17,18, 19 de noviembre- se puede ver en el Matadero) que promete ser largo y muy gratificante.

Su presentación en Madrid, el pasado viernes, donde el aforo de la sala resultó insuficiente, fue todo un éxito. Tras la proyección, hubo un coloquio que demostró la curiosidad del público por la figura del Padre Soler, del que no existe a estas alturas una biografía oficial que reúna toda la información sobre su vida y su obra.

En el documental intentan arrojar algo de luz, musicólogos como Andrés Ruiz Tarazona, José Sierra o el compositor Alfredo Aracil, responsable de orquestar algunas de sus obras.

El trabajo, que se ha rodado en escenarios naturales, como algunos de los espacios del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, ha contado con el apoyo económico de la Fundación Loewe. Se echa de menos, sin embargo, la participación de Ministerio de Cultura y de TVE cuando se trata de recuperar y difundir nuestro Patrimonio. La buena noticia es que el documental ya cuenta con distribuidora internacional, lo que da aliento a un proyecto que a pesar de las dificultades a visto la luz.

Entre las próximas paradas del documental, además de los tres días  en la Cineteca (hoy contará la proyección con la presencia de la cantaora Rocío Márquez, que tiene una intervención antológica), está la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde se podrá ver el próximo 12 de diciembre.




martes, 11 de noviembre de 2014

Delirio por los "bises" en la ópera: de Camarena a Corelli

El fin de semana ha sido extenuante para el tenor mexicano Javier Camarena. Nada más y nada menos que dos "bises" ha tenido que hacer en el Teatro Real del aria "Ah! mes amis" de "La hija del regimiento" de Donizetti. En total 36 Do de pecho, en dos días.

Dicen quienes estuvieron en el coliseo madrileño la noche del viernes, que al público le costó arrancar, pero  que con la pequeña ayuda de una musicóloga, Sara Villalba, que repartió octavillas entre el público pidiendo el "bis", la velada tuvo final histórico (antes solo lo había realizado Leo Nucci).

Y no paró ahí el frenesí por las acrobacias vocales y los "bises". El lunes, el público que acudió a la última función, quiso también su pequeña porción de historia, y de nuevo se pudo escuchar a Camarena, que llegaba a Madrid avalado por su triunfo en el Met, repetir la hazaña. El tenor mexicano no se lo podía creer y la emoción le venció, derramando lágrimas sobre el escenario. Dos goleadas, en términos futbolísticos, en dos funciones. Lo nunca visto en el Teatro Real.



Sin embargo, este fervor por las notas altas y las peticiones del público no es algo nuevo, y las de ahora poco tienen que ver con aquellos "bises" míticos que rayaban en la locura, y que incluso hacían temblar... de miedo.Nos referimos al histórico que tuvo que ofrecer Franco Corelli en el Teatro Regio de Parma en 1967. 

El tenor italiano interpretaba el aria "E lucevan le stelle" de "Tosca", cuando el teatro casi se vino abajo y el público no cesaba de bramar pidiéndole que la repitiera. Corelli, sin embargo, mantuvo la calma y no lo hizo en ese momento, sino que la dilató hasta el final de la representación. Tras escuchar la grabación, muchos entenderá que fue todo un signo de valentía o ¿de inconsciencia?



lunes, 10 de noviembre de 2014

The game is (not) over

El Auditorio Nacional de Madrid acogió ayer la presentación en España de Video Game Live, una propuesta que lleva ya varios años recorriendo el mundo entero. Se trata de una combinación de música, imágenes, luces y... mucho espectáculo, que tiene como eje central los videojuegos.

Un espectáculo que funciona muy bien, como se pudo comprobar ayer. Liderado por Tommy Tallarico, compositor de bandas sonoras para videojuegos y creador de esta propuesta, ha conseguido llenar espacios –algunos de ellos consagrados a la música clásica– con un público muy joven, punto que quiso aclarar: «Los videojuegos no son una cosa de niños pequeños como piensan mucha gente». Confirmando así lo que era evidente: que el núcleo duro de esta industria tiene un público entre los 15 y los 30 años.

La responsable de traer Video Game Live a nuestra país por primera vez ha sido la Orquesta y Coro Nacionales de España, y su director técnico, Félix Alcaraz, que lo ha programado dentro de la temporada que lleva por nombre «Revoluciones». Un término que abarca muchos conceptos pero que en el caso de ayer era claro: apostar por iniciativas poco convencionales -al menos aquí en España-, que atraigan a un público nuevo, porque de él depende la supervivencia de las salas de conciertos.





Con las entradas agotadas desde hace semanas, el paisaje humano que se pudo ver en el Auditorio Nacional era muy diferente al habitual. El silencio litúrgico y protocolario al que estamos acostumbrados dejó paso a la espontaneidad de los aplausos, risas y ovaciones, que el propio Tallarico alentó. «Hacedlo cuando lo sintáis», arengó al público.

Instrumentos clásicos, sintetizadores, guitarras eléctricas, tres pantallas gigantes en las que se proyectaron fragmentos de videojuegos e imágenes de la propia orquesta, cañones de luz... Todo ello «profanó», dirían algunos, durante algo más de una hora el santa santorum de la música clásica, donde unos días antes había actuado –y deleitado– la Sinfónica de Londres, bajo la batuta de Bernard Haitink. Esto demuestra que ambas ofertas pueden convivir, y que uno no excluye al otro. Y también que es preciso no olvidarse de que hay otro público, el del siglo XXI, que maneja otros lenguajes diferentes.

Lejos de profanar, en mi opinión, lo sucedido ayer resultó refrescante. Ver cómo se rompía ese muro invisible que divide a los públicos culto y popular fue alentador. Y resultó fascinante observar el silencio de estos jóvenes al escuchar la música, y su explosión de júbilo al concluir.

Pero además del ambiente de fiesta que se vivió, este espectáculo también tuvo su parte didáctica, sin parecerlo. Tallarico, que participó con la guitarra eléctrica en algunas de las interpretaciones, acompañando a la Orquesta y Coro Nacionales, dirigidos por Emmanuel Fratinni, hizo también de maestro de ceremonias: lanzando mensajes sobre el peso de los videojuegos en la cultura del siglo XXI, y la presencia que en ellos tiene la música sinfónica. Descubriéndoles de dónde procedían esos sonidos que arropan sus fantasías y animándoles a volver para repetir la experiencia de escuchar a los músicos de la ONE (aplaudidos ayer como si fueran los Rolling Stones).






No sé cuántos de estos jóvenes regresarán al Auditorio Nacional, pero tal vez la curiosidad –divino tesoro que muchas veces se pierde con la edad– arrastre a algunos de ellos. Esto demostrará que hay futuro para la música clásica, las salas de conciertos y que the game is (not) over.

lunes, 3 de noviembre de 2014

El Carnegie Hall inicia las retransmisiones online con Joyce DiDonato

El Carnegie Hall de Nueva York se suma a las salas que retransmiten sus conciertos en directo por streaming. La encargada de abrir una serie de cuatro conciertos, que se podrán ver online gracias a la colaboración del canal Medici.tv, es Joyce DiDonato 

La mezzosoprano norteamericana, acompañada por el pianista David Zobel, ofrecerá este martes (a las 8 pm de EEUU, dos de la madrugada en España), un viaje a través de Venecia, desde el Barroco hasta el siglo XX.

Intérprete versátil que ha destacado a la hora de abordar la obra de Rossini, Haendel o Mozart, DiDonato interpretará en el programa extractos de óperas poco conocidas, como Ercole su'l Termodonte, de Vivaldi, compuesta en Roma y que en su momento fue interpretada por castrati pues las mujeres tenían prohibido cantar. También abordará páginas de La regata veneziana, de Rossini, así como cinco de las arias pertenecientes al ciclo Venezia, compuesto por Reynaldo Hahn en 1901, sobre textos escritos en dialecto veneciano.

Completan esta serie de conciertos online otras tres citas de gran relieve, que estarán protagonizados por la violinista Anne-Sophie Mutter, que estará acompañada por los Mutter Virtuosi (18 de noviembre), el violinista Leonidas Kavakos y la pianista Yuja Wang (22 de noviembre), y el joven fenómeno Daniil Trifonov (9 de diciembre).

viernes, 31 de octubre de 2014

En streaming: homenaje a Lorin Maazel en NY

Fallecido el pasado mes de julio, el maestro Lorin Maazel se ha convertido en una de las páginas más importantes de la dirección orquestal del siglo XX y del XXI. Con una legión de seguidores, y algunos detractores, todos coinciden en la gran calidad con músico de Maazel, cuya longevidad artística le permitió estar en el podio hasta pocas semanas antes de fallecer, a los 84 años.

Algunos de sus amigos más cercanos le rendirán hoy un tributo muy especial en la ciudad de Nueva York, en la Society for Ethical Culture. El acto, que comenzará a las 12,30 pm (17,30 horas española) incluirá las actuaciones musicales de amigos y compañeros, como el director de la Filarmónica de Nueva York -formación que también lideró entre 2002 y 2009-, Alan Gilbert, el tenor Dominic Armstrong y la soprano Jennifer Black. La parte musical incluirá piezas de Chopin, Strauss, Verdi y algunos fragmentos de la ópera compuesta por Maazel, "1984", estrenada en el Covent Garden y que se pudo ver también en el Palau de les Arts de Valencia, cuando fue director titular de la Orquesta de la Comunidad Valenciana. También tomarán la palabra algunas personalidades cercanas al director fallecido, como el presidente del World Bank, James Wolfensohn.

El acto podrá seguirse en directo por streming gracias a la página web del festival de Castleton, que el propio Lorin Maazel fundó.



jueves, 30 de octubre de 2014

¿Qué está pasando en Sevilla?

Hace casi dos meses, el 31 de agosto, se cumplía el plazo para anunciar la continuidad de Pedro Halffter como director artístico del Teatro de la Maestranza y titular de la Sinfónica de Sevilla (cuyo contrato terminó el 31 de julio), o en su defecto a su sustituto. Sin embargo, a punto de entrar en el mes de noviembre, sigue sin darse a conocer una decisión. 

El problema es bien conocido por todos en el mundillo musical: dos terceras partes de la Comisión que decide el nombramiento, esto es el Ayuntamiento y el Ministerio de Cultura (ambos del PP), apuestan al parecer por la continuidad del director de orquesta madrileño que lleva ya una década afincado en la capital Hispalense, con un sueldo anual de 250.000 euros. El tercero en discordia es la Consejería de Cultura (del PSOE), que tiene otro candidato: el estadounidense John Axelrod, que se ha impuesto a otros cuatro, entre ellos el gibraltareño Karel Mark Chichon. Marido de la mezzosoprano letona Elina Garanca, ha hecho su propia campaña para salir elegido, una campaña avalada por un proyecto con grandes nombres.

En ese tira y afloja, la orquesta está en un triste segundo plano pues su opinión parece no contar demasiado. Apenas un puñado de músicos apoyan la permanencia de Halffter, mientras el resto clama por el relevo. Quieren a alguien con «voluntad de diálogo» y «la capacidad para motivar a la plantilla». Así lo volvieron a manifestar el pasado jueves durante un concierto en el Maestranza, con el apoyo silencioso pero contundente y colorido (se colocaron un lazo verde en la solapa) a su Comité de Empresa, atacado por algunos sectores por ser portavoz de esta postura.

Hace tan solo un par de días, el presidente del Comité de Empresa hacía unas declaraciones muy contundentes a la agencia Europa Press: "Halffter ha cumplido una etapa al frente de la Sinfónica y debe de oír la opinión absolutamente mayoritaria de los músicos que hemos mostrado de numerosas formas nuestro rechazo a un nuevo período suyo al frente de la orquesta. Es hora ya de que dé un paso atrás y podamos abrir una nueva etapa".

A pesar de tanta oposición, Halffter, que también es titular de la Filarmónica de Gran Canaria desde 2004, no parece sentirse aludido y permanece a la espera de su nombramiento. Un nombramiento que parecía seguro, pues hay quien ve en el posicionamiento de Cultura una forma de compensación por el desafortunado incidente durante la elección de Joan Matabosch como director artístico del Teatro Real (negociación en la que al parecer quiso intervenir el ministro José Ignacio Wert, proponiendo a Halffter como director musical, cargo que recayó finalmente en Ivor Bolton).

A estas horas las cartas están todavía boca abajo, y parece que el Inaem y la Consejería de Cultura están en conversaciones. En círculos cercanos se especula con varias posibilidades, como la de mantener a Halffter otro año al frente de la ROSS, ya que la programación está hecha; o renovarle como director artístico del Maestranza y dejar vacante el podio de la orquesta. La tercera, que otro director asuma ambas competencias, dirección artística y musical (John Axelrod o incluso Chichon) sería una sorpresa, pero el retraso tan extraordinario en la elección indica que todo es posible...


 Pedro Halffter, dirigiendo a la ROSS (Facebook)

domingo, 26 de octubre de 2014

Algo más que el rincón de la música clásica

Hoy, por fin, doy vida a este blog, después de tres años de tenerlo en la trastienda de mi actividad diaria: el periodismo en una redacción. Sigo en ella, de momento, pero quizá ahora necesite más que nunca airear esas pequeñas noticias, pequeñas historias que siempre quedan al margen porque no son candidatas a conseguir miles de pinchazos en la web, y mucho menos para salir en papel, tan escaso estos días. A mi no me importa que sean menos mediáticas, ¿y a ustedes?

Me gustaría que este blog se convirtiera en un pequeño rincón para la música clásica, tan maltratada a pesar de que a consideren la mayor expresión espiritual -o quizá por eso-. Llevo casi 20 años infiltrada en ella -no soy músico- y he tenido la oportunidad de vivir experiencias realmente apasionantes. Algunas las he podido narrar, otras no...

Pero mi vida como periodista no se limita a las cuatro paredes de la música clásica, sino a todo aquello que sucede a nuestro alrededor y nos afecta de manera extraordinaria -para bien o para mal-. Tener acceso a ellas y compartirlas es un privilegio.

Ahora viene el nombre del blog: Senza Sordina (sin sordina). Los que son músicos ya saben qué significa: tocar un instrumento sin que nada distorsione o impida la proyección del sonido. Para mí es una metáfora de mi forma de entender esta profesión, tan devaluada en los últimos años: transmitir la información sin sesgos ni censuras, sin intereses políticos o personales. Aunque también tengo que avisarles que la primera lección que recibí en la facultad es que la objetividad no existe, y es completamente cierto. 

¿Y por qué en italiano? Porque dicen que el italiano es el lenguaje de la música, y aunque no fuera así me encanta como suena, y permítanme que me dé ese capricho.

No quiero alargarme mucho más. Aquí les espero para ofrecerles un lugar reposado para disfrutar de las pequeñas -o no tan pequeñas- noticias relacionadas con la cultura, el periodismo y la vida.